martes, 18 de diciembre de 2007

Aire

Como aire.
Me sentía aún más ligera. Miraba abajo, y veía campos inmensos de flores color violeta, y de mariposas blancas. Y entre ellas, mis propios sentimientos, escondidos.
Era demasiado etérea para alcanzarlos, demasiado débil para ser consciente de que de ellos dependía mi supervivencia. Y, sin embargo, podía seguir volando, flotando eternamente, y prescindir de ellos.
Casi sin darme cuenta, atravesé una cascada, y la fuerza del agua hizo que me chocara contra el suelo. Fue un impacto doloroso, pero me hizo recobrar el sentido de la realidad.

Y de repente, fue como si hubiera estado ciega y el mundo se mostrara de repente ante mis ojos, nuevo y joven, sin prisas y sin manchas. Y supe que los sentimientos que estaba buscando hacía ya mucho tiempo que se habían ido de los libros de Historia, y que los nuevos florecían de entre aquellas flores, aún violetas, que servían de refugio a las mariposas.


La Verdad os hará libros.

4 comentarios:

Emilienko dijo...

Me has recordado a un momento muy bonito de mi vida.

Que me tengo que reservar.

Frank Lhermitte dijo...

¿Significa eso que ya estás buena?

Si es así me alegro por ti :-)

Pero no estoy de acuerdo con lo de "la verdad os hará libros". Hoy en día cualquier basura puede ser publicada. SOn como las películas. Tampoco hay porqué hacerle demasiado caso...

Anónimo dijo...

Ya sabes que me gusta mucho como escribes y también sabes que te quiero mucho, así que poco más puedo decirte

Fer dijo...

A veces, la gente siente que se moja eternamente. Es sólo una sensación irreal ésa de la eternidad... que puede llegar a real si uno lo quiere.
[Qué superficial, pero tengo que abstenerme]
-
Me ha recordado a tus antiguos textos, pero desde la óptica carente de Saudade.

Muaka!