domingo, 2 de marzo de 2008

Gaviota

Tú me dijiste “ven”
en medio de la marea.
Lo dejé todo por ti
mi barco, mi vela arriada
luchando contra el viento de tormenta.

Yo te respondí “voy”
acudí a tus brazos abiertos
me esperaban tus ojos ansiosos
tus manos que querían atraparme
(y no dejarme escapar),
tus labios que cantaban por mí.

Tú me dijiste “¡para!”
y paré en medio de las aguas.
Cerca estuve de hundirme
cuando dijiste que ya no te importaba
que no me querías en tu barco.
Dejaste que naufragara.

Y entonces no dije nada
me hundí lentamente
sin barco y sin alma
que se alejaba en forma de gaviota
diciéndome “adiós” con las alas.
Riendo por mi ineptitud, realmente
burlándose de mi estampa.
Y entre las olas, el viento
y tu barco que se alejaba
casi escuché cómo me decía:
“¡una vez más has caído
una vez más, confiada
una vez más, humillada
una vez más… acabada!”

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